
El programa surgió como respuesta a la necesidad de generar oportunidades para los misioneros. El objetivo se fijó en abrir mercados a las producciones culturales existentes. La primera etapa apuntó a los artistas visuales, concretamente a quienes pintan en lienzo, con quienes se llevó sus producciones a impresión en diferentes tipos de tela. El siguiente paso fue la convocatoria a diseñadores textiles para transformarlas en prendas de vestir con identidad.
Sobre la aplicación, la presidente de la agencia, Suzel Vaider dijo que “las iniciativas de ADEMI abren nuevas oportunidades y las muestran. Cultura de la Selva es una de ellas”. A ello sumó que “el programa pretendió ser un disparador para los artistas y nos llenó de satisfacción por los resultados alcanzados”.
“Me pareció una iniciativa excelente”, dijo al respecto Mariela Bys, una de las diseñadoras seleccionadas en la convocatoria. A ello, Verónica Almirón sumó que “pasar los cuadros a tela y que una persona los pueda vestir es muy potente”. Su compañera de equipo, Florencia Ullón completó la frase con “logramos que se vea el arte a través de las telas de la ropa”.
Lorena González calificó la iniciativa como “poner arte con arte o belleza con belleza” para, como dijo Carla Brya, “que los artistas puedan llegar a un mayor número de gente con la inspiración que plasmaron en la pintura”. A ello, Luciana Villalba agregó que “es mezclar la esencia del artista con la nuestra para lograr cosas increíbles”.
Por su parte María Eugenia Chacón describió que “los artistas, a partir de una inspiración o elemento, hicieron su apropiación para entregar una interpretación de esa idea la que quedó en nuestras manos para reinterpretar”. Lo que, según María Eugenia Lutz, es “formar una alianza para trabajar y potenciar los sectores”.
“Es genial este ida y vuelta de plantearnos qué hacer primero, si la pintura o el diseño, o si hacemos un cuadro para cada molde o al revés, me parece una experiencia súper enriquecedora”, finalizó Chantal Edsberg.
