¿Qué es un TOC?

Dia uno
Dia uno

¿A quién no le dijeron alguna vez, de forma graciosa y un poco en serio también, «tenés un TOC» o «que obsesivo que sos»? 

Este trastorno que muchas veces es tomado medio en chiste para referirnos a alguien con algunas manías o ciertas estructuras, es una problemática que realmente nos preocupa mucho en el ámbito de la salud mental y que si no es tratada a tiempo, crece y crece y muchas veces el límite para este trastorno es infinito. Esto genera en el paciente una cantidad de rituales y conductas que hacen retrasar su día, no pudiendo cumplir con todos sus compromisos y perjudicando su bienestar.

Vamos a poner un ejemplo, así se lo imaginan más aún: ¿vieron la película “Mejor imposible”? Si tuvieron la oportunidad de verla, seguro les ha llamado la atención ciertas características en las conductas del actor principal (Jack Nicholson): al caminar por la calle se esfuerza por no tocar las líneas de las baldosas, al llegar a su casa enciende y apaga las luces tres veces, cada vez que se lava las manos lo hace con un jabón nuevo o antes de comer realiza un raro protocolo con los cubiertos. Este personaje parece no poder vivir si no realiza estos múltiples y extraños rituales.

El TOC tiende a persistir en el tiempo con períodos de exacerbaciones y remisiones parciales que se agravan ante situaciones de estrés. Si dejamos que el TOC evolucione se genera un trastorno crónico cuyo grado de severidad puede ser variable y que no solo afecta a la persona sino también a su entorno.  

¿Qué es un TOC?

El trastorno obsesivo compulsivo es una perturbación mental frecuente con un alto grado invalidante que puede ocurrir tanto en niños, adolescentes como en adultos.

Vamos a dividirlo en dos:

1) Por un lado, tenemos a las obsesiones que son ideas, impulsos o imágenes no deseadas e involuntarias, que aparecen una y otra vez en la mente y causan ansiedad, miedo, angustia o malestares significativos. Las mismas parecen venir de la nada y la persona tiende a sentirlas como inapropiadas, por lo que intenta sin éxito ignorarlas o suprimirlas.

2) Por otro lado, están las compulsiones, que son conductas repetitivas o pensamientos que se llevan a cabo voluntariamente, con la intención de prevenir el peligro que anuncian las obsesiones o calmar la angustia o malestar que éstas provocan. 

Una vez que la persona tuvo una obsesión, el malestar aumenta y con él la sensación de tener que hacer algo (alguna compulsión) para impedir que su temor se haga realidad. 

Por ejemplo: “mi mamá puede morir (obsesión), pero si prendo y apago la luz tres veces (compulsión) puedo evitarlo”. 

Entonces, si la persona no cumple con su idea obsesiva vienen los temores, se instala la angustia y todo es malestar generalizado.

Señales del TOC

Las compulsiones más comunes son las del lavado de manos y chequeo de cosas (como por ejemplo corroborar cuantas veces sea necesaria para nuestra mente si la llave de gas quedó cerrada, o si puse llave a la puerta al irme, o si efectivamente apagué el televisor).

Otros ejemplos de compulsiones son: repetir algunas frases (si respondo por ejemplo, “si, gracias, quiero gaseosa”, deberé decirlo al menos tres veces, ya que sino lo hago algo malo puede ocurrir), acumular cosas inservibles o ritualizar mentalmente (como por ejemplo decirse a sí mismo siempre la misma frase, o acomodar objetos siempre de una manera determinada).

El alivio luego de realizar la compulsión es temporario e incompleto y quien sufre de TOC empieza a dejar muchas cosas de lado por el tiempo que le consumen los rituales. En ocasiones, la compulsión no guarda una relación lógica con la obsesión, pero su realización alivia la ansiedad que genera esta última. 

El TOC y la ansiedad

Lo más frecuente es que el TOC se presente asociado a desórdenes de ansiedad, del estado de ánimo y del control de los impulsos, también a la hipocondría.

Cuando digo desórdenes de ansiedad, me refiero específicamente a síntomas ansiosos, que pueden ir de leves, moderados, hasta agudos. Puedo simplemente ser una persona que se anticipe a los hechos y que esto me genere ansiedad, hasta sufrir de los famosos ataques de ansiedad. En general cuando de TOC hablamos, van de la mano síntomas ansiosos de los más complejos; rara vez son leves o moderados. 

Me parece interesante aclarar que no siempre estos rituales configuran un trastorno que merezca tratamiento clínico. Para diagnosticar un TOC, las obsesiones y compulsiones deben causar severo malestar, ocupar más de una hora por día, interferir la rutina usual de cada individuo o su funcionamiento personal o social.

¡A no desesperar!

Aun cuando las condiciones sean severas, hay lugar para el optimismo. Facundo Manes cuenta en su libro “Usar el cerebro” que las investigaciones han avanzado mucho durante los últimos años al haberse advertido que este trastorno posee una base neurobiológica

que puede incluso explicar los síntomas. Y esto resulta clave para lograr un desarrollo de estrategias terapéuticas cada vez más eficaces para su tratamiento. Saber qué pasa es un elemento esencial para que lo mejor sea posible.   

Recuerden siempre realizar primero una autoevaluación preguntándose si esto que sienten está bien o te genera malestar, para luego determinar si necesitas ayuda profesional o no. Siempre que haya dudas, ¡por algo es! Nunca está de más consultar con un profesional de la salud mental el cual te orientará de manera segura y amorosa.

 

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