Mucha agua pasó debajo del puente desde que Benjamín Vicuña y la China Suárez se separaron, pero hay situaciones que dejan sus espinas. Porque a pesar de que el chileno ande feliz con su nueva novia, Eli Sulichin, a quien ya presentó en su país natal, nunca olvidará todo lo que pasó al momento de su ruptura.
La historia es conocida pero tiene elementos y detalles muy picantes: antes de cortar la relación, Eugenia le pide al papá de sus hijos Magnolia y Amancio “empezar de cero” en una casa de los dos, ya que siempre habían alquilado.
Así fue como la actriz se enamoró de una casona en Pilar, hermosa, pero que necesitaba de una buena inversión de dinero y de mucha mano de obra para volver a ser habitable. Decidido a darse otra oportunidad, Benjamín se puso con la plata (según Yanina Latorre dijo en LAM, con 100 mil dólares), pero todo salió al revés.
Apenas cerraron la operación, la China lo dejó. Y no sólo eso: estrenó la casa con otro hombre, un joven galán, el actor uruguayo Nicolás Furtado, con quien vivió un touch and go brevísimo, dadas las circunstancias “intensas” en las que estaba envuelta la actriz.
