Será la continuidad de la bancada que por años liderara Adolfo Rodríguez Saá y agrupara a peronistas que se distanciaban del kirchnerismo durante el gobierno de la ahora vicepresidente y algunos partidos provinciales. En la gestión de Mauricio Macri se fueron diluyendo entre quienes lo respaldaban, como Romero y Reutemann, y los más críticos como Rodríguez Saá y el neuquino Guillermo Pereyra.
En esta nueva etapa la integrará además la neuquina Lucila Crexell, quien llegó en 2013 desde el Movimiento Popular Neuquino y reeligió el año pasado con el PRO por gestión de Miguel Pichetto y la muerte en plena campaña de Horacio Quiroga. Y la riojana Clarita Vega, una peronista que integró la lista de 2017 y reemplazó a la electa intendente radical Olga Brizuela y Doria. La UCR peleó en la justicia para que no asumieran, perdió y después de jurar ninguna quiso sumarse a Juntos por el Cambio.
La presidencia la tendrá Romero pero en su entorno aclararon que será con fines administrativos porque será un bloque horizontal y hasta podría actuar como la «pata peronista» de Cambiemos. Desde diciembre tuvieron posiciones dispares: Reutemann votó a favor de la ley de emergencia económica y junto a Crexell avalaron en febrero el pliego de Carlos Raimundi como embajador en la OEA, rechazado por radicales y macristas.
Pero su unidad en un espacio común, a la que llegaron después después de tres reuniones, representa un llamado de atención para la Casa Rosada, porque si bien no altera la mayoría oficialista complica aún más los dos tercios que necesita para aprobar el pliego de Daniel Rafecas como procurador general.
En su primer comunicado no hubo fisuras para cuestionar a Cristina y le solicitaron «que el Congreso sea convocado a trabajar en todos los temas que preocupan a la sociedad y no solo en iniciativas que acrecientan la grieta».
«Resulta poco serio que el Senado esté paralizado y las comisiones no se reúnan para tratar estos y otros proyectos presentados», señalaron y recordaron que «la mayoría de las comisiones no se habían terminado de conformar previo al aislamiento».
Y hasta elogiaron al presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa. «Muy por el contrario, Diputados viene utilizando esta modalidad virtual para la realización de reuniones de comisiones y de bloques, incluso Massa convocó a una reunión de jefes de bloques, por lo que continúan en actividad pese a la cuarentena», compararon.
El cuarteto no tuvo reparos en anticipar su rechazo al impuesto a las altas riquezas que presentará el jefe de los diputados oficialistas. «Repentinamente quieren forzar una sesión por teleconferencia sólo para evitar presentaciones futuras en contra del impuesto a los grandes capitales ideado por Máximo Kirchner. Una iniciativa que solo agranda la grieta y no ayuda en nada a respaldar el camino tomado por el presidente para combatir esta pandemia».
«Estos sectores, lejos de ser atacados, tienen que estar fortalecidos para realizar inversiones y contribuir a poner al país de pie nuevamente, luego de una crisis que ya existía y se terminó de profundizar por esta emergencia global», cuestionaron.
Aseguraron que «desde el inicio venimos apoyando al presidente Alberto Fernández en las medidas extraordinarias que tuvo que tomar por decreto para contener la crisis sanitaria y económica, pero también le pedimos al oficialismo que no se extralimiten y comiencen a convocar al Congreso para debatir las políticas que implementaremos a futuro».
«En países mucho más complicados que nosotros con respecto al avance del COVID-19, como Estados Unidos o España, el Parlamento continuó en sus funciones para acompañar la contingencia».
«El Congreso se debe abrir para tratar los temas que le interesan a la ciudadanía y dar respuestas en esta situación completamente sensible para el país. Son momentos para estar todos unidos y evitar que la democracia y la institucionalidad queden sumidas a una eterna cuarentena», concluyeron los federales.