El 10 de noviembre se realizó el 2do Encuentro de Mujeres Rurales de Misiones en El Soberbio.
Esta actividad fue organizada desde el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) con la consigna “Sanar la tierra”, lema oficial del MAM para la década 2024-2034.
Se enmarca en el Decenio Interamericano por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales de las Américas 2024-2034, declarado en junio de 2023 por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Declaración
Nosotras, mujeres rurales de Misiones, reunidas en este Segundo Encuentro Provincial en la localidad de El Soberbio, con la participación de más de trescientas compañeras de toda la provincia, elevamos nuestras voces para visibilizar nuestras luchas y construir un futuro más justo y equitativo.
La provincia de Misiones, caracterizada por su rica diversidad productiva y su arraigado modelo familiar de trabajo, cuenta con un sector femenino rural que desempeña un papel fundamental en el desarrollo económico y social de la región.
A lo largo de su historia, las mujeres misioneras han demostrado un liderazgo destacado en diversas cadenas productivas, desde la yerba mate hasta la apicultura, pasando por la lechería y la ganadería.
Según el último Censo Nacional Agropecuario, del total de mujeres con empleo permanente en explotaciones productivas en el país, el 11% se encuentra en Misiones. A su vez, el 17% de las explotaciones agropecuarias de Misiones son gestionadas por mujeres. Esto representa un número significativo de emprendedoras rurales que contribuyen de manera directa a la economía provincial.
El análisis de la superficie cultivada revela que las mujeres productoras se concentran principalmente en explotaciones de tamaño mediano, entre 10 y 25 hectáreas. Sin embargo, en términos de superficie total cultivada, las explotaciones de mayor tamaño, entre 25 y 50 hectáreas, tienen una mayor participación.
Su participación activa y constante ha contribuido a consolidar un modelo productivo alternativo, basado en la defensa del ambiente y la salud, la soberanía alimentaria, la asociatividad y la cooperación, con un fuerte arraigo en las comunidades rurales e indígenas.
Decimos alternativo porque el modelo productivo dominante en Misiones, el transnacional forestal-industrial basado principalmente en el monocultivo de pino, ha generado en las últimas décadas gravísimos impactos ambientales, culturales, a la salud y la calidad de vida de las comunidades locales.
Esas preocupantes problemáticas se acentúan año a año y recaen especialmente sobre las mujeres.
Como hemos expresado en nuestro lema, “Sanar la Tierra”, nos proponemos enfrentar los alarmantes efectos del modelo productivo dominante.
Convencidas de que la sanación es un proceso colectivo, solidario y empático, las mujeres nos comprometemos a liderar acciones concretas en defensa de la vida.
Por medio de este Segundo Encuentro consideramos necesario contribuir a la visibilización de las realidades locales, así como también pensar y proyectar acciones conjuntas, tendientes a atender las necesidades más urgentes.
Hemos trabajado en torno a diferentes aspectos de nuestra vida en el ámbito agrario, así como también intercambiamos pareceres por medio de paneles que estuvieron organizados en seis ejes temáticos: Modelo productivo; Familia y género; Producción de semilla criolla y agroecológica; Sistema previsional (jubilación, obra social, pensiones); Aportes legales y habilitación; y Tierra, agua e infraestructura.
En un contexto signado por profundos desafíos, como el cambio climático, la crisis económica y las desigualdades de género, nosotras, las mujeres de la chacra misionera, nos sentimos las “sanadoras” de la tierra. A través de nuestro trabajo diario, contribuimos a garantizar la soberanía alimentaria, preservamos la biodiversidad y fortalecemos el tejido social de nuestras comunidades.
Sin embargo, a pesar de nuestra importancia, enfrentamos múltiples barreras que limitan nuestro desarrollo. La desigualdad de género se manifiesta en nuestro acceso a la tierra, al crédito, a la tecnología y a los servicios básicos. Sufrimos discriminación y violencia, y nuestras voces son a menudo silenciadas.
Por ello, exigimos:
- Políticas públicas con perspectiva de género: Que reconozcan nuestro rol fundamental en la producción de alimentos y en la conservación de los recursos naturales y las semillas nativas y criollas, y que promuevan nuestra participación equitativa en la toma de decisiones a todos los niveles.
- Acceso a la tierra y a recursos productivos: Garantizar el acceso a la tierra, al crédito, a la tecnología y a los mercados, para fortalecer nuestra producción y mejorar nuestra calidad de vida
- Educación y capacitación: Promover la educación y capacitación en temas productivos, de gestión y liderazgo, para fortalecer nuestras capacidades y empoderarnos.
- Atención integral a la salud: Asegurar el acceso a servicios de salud de calidad, que contemplen nuestras necesidades específicas, incluyendo salud sexual y reproductiva.
- Cuidado del ambiente: Promover prácticas agroecológicas que contribuyan a la conservación de la biodiversidad y a la sostenibilidad de nuestros ecosistemas.
- Erradicación de la violencia de género: Implementar políticas públicas efectivas para prevenir y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas rurales.
- Reconocimiento de nuestros saberes: Valorizar y reconocer nuestros conocimientos ancestrales sobre la producción de alimentos, la medicina tradicional y la gestión de los recursos naturales, como alternativas al agronegocio y la industria farmaceutica.
Nos comprometemos a:
- Fortalecer nuestras organizaciones: Para incidir en las políticas públicas y defender nuestros derechos.
- Compartir nuestros conocimientos y experiencias: Para construir redes de apoyo y solidaridad entre mujeres rurales.
- Trabajar en conjunto: Con otras organizaciones sociales, gobiernos y organismos internacionales, para construir un futuro más justo y sostenible.
- Visibilizar nuestras luchas: A través de diversas acciones, como campañas de comunicación, participación en espacios de debate y movilización social.
En este contexto, el Decenio Interamericano por los Derechos de Todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales de las Américas 2024-2034 representa una oportunidad única para avanzar en la agenda de las mujeres rurales».