La moneda de Brasil, el real, alcanzó nuevos mínimos históricos en medio de una acelerada devaluación que consolida al país como un destino más barato para los turistas extranjeros. Este fenómeno ocurre justo en el auge de las vacaciones de verano, cuando las playas brasileñas esperan un aluvión de turistas argentinos. En paralelo, la situación afecta a Misiones, donde cada vez más habitantes cruzan la frontera para realizar compras, en detrimento del comercio local fronterizo.
El dólar comercial en Brasil registró el martes un alza del 0,81%, cerrando a 6,15 reales. Este nuevo récord se produjo un día después de que la moneda estadounidense superara la barrera de los 6 reales a fines de noviembre, incluso con la intervención del Banco Central de Brasil. La entidad financiera realizó tres subastas de dólares en un intento por contener la devaluación, la mayor desde 2020, aunque no logró frenar el aumento acumulado del 0,99% en la jornada.
Con esta nueva devaluación en el vecino país, en Argentina el real cotizó oficialmente este martes en Argentina a 167,44 pesos.
El real enfrenta una pérdida de valor sostenida, atribuida al aumento de la desconfianza hacia la política fiscal del gobierno brasileño. Las críticas del presidente Lula da Silva al alza de la tasa de interés básica y las dudas sobre las medidas de recorte del gasto enviadas al Congreso intensificaron la presión sobre el tipo de cambio.
En este contexto, las tasas de interés futuras se dispararon, y las proyecciones de la Selic alcanzaron un 16,5% para el segundo semestre de 2025.
“Es sólo un problema de falta de confianza”
El Banco Central de Brasil admitió que el paquete fiscal anunciado recientemente por el Gobierno no fue bien recibido por los mercados, lo que impactó negativamente en las expectativas de inflación.
La semana pasada, el ente duplicó el ritmo del endurecimiento monetario, aumentando la tasa de interés de referencia a 12,25% con una subida de 100 puntos básicos.
“En Brasil no faltan dólares”, declaró Silvio Campos Neto, economista y socio de Tendências Consultoria. “El aumento de la moneda estadounidense refleja la falta de confianza en la capacidad del gobierno para equilibrar las cuentas públicas”, sostuvo.
Campos Neto explicó que, aunque la intervención del Banco Central evitó una devaluación mayor, el problema central radica en la crisis de confianza. “Se puede decir que si el Banco Central no actuara, la suba del dólar podría ser aún mayor. Pero lo cierto es que el BC no tiene la capacidad de cambiar drásticamente esta dinámica porque el problema no es la escasez de dólares, sino la crisis de confianza”, concluyó.