El exgobernador demócrata de Nueva México, exembajador ante la ONU y experimentado negociador internacional de Estados Unidos, Bill Richardson, viajará a Venezuela para liderar una «misión humanitaria privada» a pedido de familiares de ciudadanos estadounidenses detenidos en ese país, informó hoy la organización civil que preside.
«El gobernador Richardson, a pedido de varias familias de prisioneros estadounidenses, estará viajando a Caracas en una misión humanitaria privada para reunirse con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y discutir el status de los prisioneros estadounidenses y otros temas humanitarios vinculados al Covid-19», anunció en su Twitter el Centro Richardson.
El centro es la organización civil sin fines de lucro con el que Richardson continuó su trabajo como negociador -especialmente de intercambio y liberación de prisioneros y presos en países considerados enemigos de Estados Unidos, como Corea del Norte e Irán- tras terminar su segundo mandato como gobernador en 2011.
Richardson fue congresista durante 14 años, embajador ante la ONU y secretario de Energía durante el segundo mandato de Bill Clinton y dos veces gobernador de Nueva México. Hace 15 años era uno de los dirigente de ascendencia latina del Partido Demócrata.
Desde que abandonó los cargos electivos, tras un investigación por corrupción que terminó con su absolución pero también con sus chances de ingresar al entonces gabinete de Barack Obama, Richardson se concentró en su trabajo de negociador internacional, con un perfil muy bajo.
Actualmente en Venezuela hay varios ciudadanos estadounidenses detenidos, entre ellos dos exmiembros de las fuerzas especiales del Ejército norteamericano por su participación en llamada Operación Gedeón, un plan para derrocar a Maduro, según reconocieron sus propios organizadores.
El gobierno de Maduro ha prometido una y otra vez que los dos ex militares estadounidenses serán juzgados y condenados en el país, mientras que la Casa Blanca se comprometió a hacer «todo lo posible» para traerlos de vuelta a Estados Unidos.
En lo que sin dudas es un primer gesto para abrir una negociación, el Centro Richardson se refirió al «presidente de Venezuela, Nicolás Maduro», en su anuncio de hoy, una definición que choca con la del gobierno de Donald Trump, que no reconoce su legitimidad y solo tiene relaciones con el líder de la oposición, Juan Guaidó, a quien la Asamblea Nacional -de la que es el titular- lo declaró como presidente interino del país.
Las principales potencias occidentales y una mayoría de los gobiernos de la región reconocen a Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela, pese a que no controla ninguno de los otros poderes del Estado.
La aparición de Richardson como negociador enviado por familiares de los ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela coincide con una escalada diplomática de Trump contra el gobierno de Maduro, en la forma de sanciones económicas y políticas, y actos públicos en apoyo de inmigrantes venezolanos en Estados Unidos, el último el viernes pasado en Miami.
Fuente: Télam