La muerte del cantante británico Liam Payne, exintegrante de “One Direction”, conmocionó al mundo del espectáculo. Payne cayó del tercer piso de un hotel en Palermo, Buenos Aires, tras un llamado de alerta al 911 que advertía sobre su estado crítico debido al consumo de drogas y alcohol.
El encargado del hotel en el que se encontraba, llamó al 911 describiendo la situación como urgente y preocupante, temiendo que Payne pudiera hacerse daño debido a su estado alterado. El hombre expresó su preocupación por el acceso del cantante a un balcón, lo que incrementaba el riesgo de un accidente fatal.
Según el protocolo, cuando una persona está afectada por alcohol y drogas, el Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) debe acudir acompañado de la policía para garantizar una intervención segura. A pesar del aviso, Payne cayó del tercer piso del hotel y falleció como consecuencia de las heridas sufridas.
El director del SAME, Alberto Crescenti, confirmó el deceso y describió las lesiones como «incompatibles con la vida». El equipo de emergencia que llegó al lugar no pudo hacer nada para salvarlo.
Investigación y próximas acciones
Ahora, las autoridades esperan los resultados de la autopsia para esclarecer las circunstancias exactas que llevaron a la trágica muerte del cantante de 31 años. Las primeras informaciones indican que Payne sufrió una fractura de base de cráneo y otras lesiones graves tras la caída.