Esta semana, los senadores del Frente Renovador Neo dejaron algo más que un voto en el Congreso: dejaron una definición política. Acompañaron la Ley de Financiamiento Universitario y la declaración de la emergencia pediátrica con foco en el Hospital Garrahan, en un país donde las leyes que cuidan suelen naufragar bajo la lógica del ajuste. Fue una decisión que, en tiempos de motosierra, eligió el camino más difícil: sostener lo esencial. Porque mientras el Gobierno nacional reduce a la mitad el presupuesto de las universidades, licúa los salarios docentes y amenaza con vetar lo poco que queda en pie, desde Misiones se planta otra visión: la de un Estado que no abandona cuando más se lo necesita. Defender la universidad pública y al Garrahan —que atiende cada año a miles de niños misioneros— no es un instrumento de campaña, es una forma de decir: hasta acá.
Esa coherencia trasciende el recinto legislativo. “Cueste lo que cueste, voy a estar al lado de la universidad pública”, afirmó Oscar Herrera Ahuad —presidente de la Legislatura y candidato a diputado nacional— durante un encuentro con autoridades de la UNaM. Lo dijo sin estridencias, pero con la claridad de quien entiende lo que está en juego. Su compromiso no se agota en lo académico: también incluye la defensa de la salud pública, de las economías regionales y de las condiciones que permitan a la Tierra Colorada competir en igualdad de condiciones con otras provincias y con los países vecinos.
Pero quizás lo más revelador del modelo Misionerista es que esta defensa de lo esencial no se hace a costa del equilibrio fiscal, sino a partir de él. Lejos del relato binario que opone eficiencia a sensibilidad social, la Tierra sin Mal demuestra que se puede gobernar con orden, sin endeudarse, y al mismo tiempo invertir donde hace falta. La simplificación de trámites a través de la ATM, la eliminación de cargas para comercios que operan digitalmente y el sostenimiento de programas como Ahora Pan son expresiones de un Estado que no es obeso, pero tampoco ausente.
Y la puesta en funcionamiento del PET/TC en el Hospital Madariaga —un equipo valuado en más de dos millones de dólares— es una prueba concreta de que se puede modernizar la salud pública sin hipotecar las finanzas. Esa máquina, que evita que cien pacientes por mes deban viajar a otras provincias, resume una verdad incómoda para quienes creen que el único Estado eficiente es el que no existe: lo público puede ser de calidad, moderno y cercano.
En definitiva, mientras desde Nación se ajusta con una motosierra ideológica, en Misiones se gobierna con bisturí, sabiendo dónde tocar y dónde nunca, bajo ninguna excusa, recortar. Porque allí donde el gobierno nacional muestra indiferencia, la Tierra Colorada marca un rumbo con convicción.

El sustento de una convicción
Detrás de ese compromiso hay números que no se pueden ignorar. Los senadores misioneros, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut votaron una ley que responde a una emergencia concreta: el presupuesto universitario se desplomó casi un 50% en términos reales y los salarios docentes cayeron más de un 30%. Más de dos millones de estudiantes y 220 mil trabajadores del sistema educativo están directamente afectados. Aunque el Gobierno nacional ya anunció que vetará la norma, Misiones dejó claro que no avalará el desmantelamiento de un derecho fundamental.
Simultáneamente, también fue decisivo el voto Renovador para aprobar sobre tablas la declaración de emergencia en pediatría, con especial atención al Hospital Garrahan. Esta norma no solo garantiza recomposición salarial para sus profesionales, sino que también establece exenciones tributarias y asegura el sostenimiento de hospitales especializados, que son vitales para los cinco mil misioneros que, cada año, reciben atención en el Garrahan, además de los miles que acceden a teleconsultas.
Un equilibrio entre eficiencia económica y cuidado social
En materia económica, la Agencia Tributaria Misiones (ATM) dio pasos firmes hacia la eficiencia, simplificando trámites y reduciendo cargas administrativas para pymes y comercios que operan con medios digitales. Mientras tanto, programas sociales como Ahora Pan mantienen el precio del alimento básico congelado desde febrero, beneficiando a miles de hogares. La inclusión de la tarjeta Naranja X en Ahora Misiones amplió los beneficios a más de 100.000 usuarios, fortaleciendo el comercio local frente a la competencia fronteriza.
Por si fuera poco, las exportaciones provinciales alcanzaron récords históricos, con un crecimiento interanual del 21% en julio y un precio promedio por tonelada que supera al resto de las provincias del NEA, una señal clara de que la estrategia misionera apuesta por la producción con valor agregado y la inserción internacional, aun en tiempos adversos.
Por último, la Legislatura proyecta un Presupuesto 2026 que asigna cerca del 70% de sus recursos a funciones sociales, con especial énfasis en salud y educación, sin recurrir a endeudamiento y priorizando la estabilidad fiscal. A esto se suma la reciente ampliación de derechos para bomberos voluntarios, otro ejemplo del compromiso estatal con quienes sostienen la comunidad sin esperar recompensas.
Estos indicadores no son hechos aislados, sino parte de un modelo que conjuga producción, inversión social y responsabilidad fiscal con una mirada de largo plazo. Frente a eso, mientras el gobierno nacional recorta donde más duele, Misiones elige cuidar lo esencial. Y en Oscar Herrera Ahuad se sintetiza esa visión: representar en Buenos Aires a un millón y medio de misioneros y asegurar que, en su provincia, la salud y la educación sigan siendo derechos, no privilegios.

Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista.