El aumento reciente en los precios de artículos de indumentaria fue atribuido por la cámara sectorial a la variación del tipo de cambio y a las dificultades logísticas por la pandemia de coronavirus, en un análisis que identifica los mayores incrementos en los segmentos del mercado masivo e informal.
El alza fue mayor en las prendas de origen importado, debido a que la cotización oficial del dólar subió 58,8% entre junio de 2019 y junio de 2020, según la estadística oficial, «lo que llevó a remarcaciones en los precios de una magnitud equivalente», señaló la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
Según la entidad, «lo mismo ocurrió con otros bienes de la economía de origen importado, como las computadoras (98,5%) y los autos (64,3%)».
En paralelo, agregó la CIAI, la suba del dólar «impacta transversalmente en todo el mercado porque encarece los insumos productivos (fibras de algodón y sintéticas, hilados y tejidos), cuyos precios están prácticamente dolarizados».
El informe destaca luego los problemas a lo largo de la cadena de abastecimiento, que limitan la oferta de productos.
La confección de indumentaria fue una de las últimas actividades industriales en estar exceptuadas del aislamiento en el Gran Buenos Aires, zona que concentra alrededor del 75% de la actividad del sector.
«En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recién se pudo volver a fabricar ropa desde el 3 de agosto, lo que significa que los talleres formales estuvieron cerrados prácticamente cuatro meses y medio», mientras en la mayoría de los municipios del Conurbano bonaerense se abrieron sólo unas semanas antes, explicó la CIAI.
Por estos días, añadió, muchas empresas de la cadena de valor están trabajando con dotaciones mínimas de personal, por los casos positivos de Covid-19 entre los trabajadores y por la necesidad de exceptuar a aquellos con enfermedades pre existentes, a los mayores de 60 años y a los responsables del cuidado de hijos menores.
«La necesidad de garantizar el traslado propio de los operarios también encareció los costos productivos de una gran cantidad de fábricas», indicó la CIAI.
La suba de precios de la ropa reflejó además una fuerte heterogeneidad de acuerdo con el canal de comercialización: según relevó la cámara, las marcas nacionales del segmento formal mostraron incrementos «de entre 35 y 42% entre julio de 2019 y julio de 2020, 18 puntos por debajo del promedio».
En contraste, en el mercado masivo e informal (como Flores y La Salada) se observaron subas mayores al 60%, puntualizó la CIAI.
También influyó negativamente en los costos de las empresas informales «la necesidad de enviar por transportistas las prendas a los comerciantes del interior del país, cuando lo habitual previo a la pandemia eran los tours de compras a Buenos Aires».
La CIAI proyectó que la superación del pico de casos de la pandemia y el levantamiento paulatino de la cuarentena «permitirá ir recuperando los niveles de producción».