El impacto climático que se manifiesta en altas temperaturas, bajas precipitaciones y una bajante histórica prolongada del Río Paraná ya tiene consecuencias en la producción agrícola y ganadera en el país. La sequía impacta en la producción de soja y maíz que precisan mucha agua durante el periodo de siembra entre diciembre y enero. Por otro lado, el Río Paraná sigue batiendo records mínimos de caudal profundizando sus múltiples impactos que van desde sobrecostos logísticos hasta la mortandad de peces y tortugas y la falta de agua en localidades. Desde el Gobierno monitorean la situación y evalúan respuestas. Las pérdidas en los cultivos superan los 5 mil millones de dólares.
Crecen los daños por la sequía en el país

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