El candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva lanzó este martes su programa de gobierno para «reconstruir el Estado brasileño» con el objetivo de enfrentar las políticas de Jair Bolsonaro, a quien calificó como un «desequilibrado» que provocó un terremoto en el país, en un acto en el que se infiltró un seguidor del actual mandatario y fue retirado del lugar tras acercarse al favorito a vencer en las elecciones del 2 de octubre e insultarlo.
«¿Quién tiene más autoridad y experiencia que el exgobernador Alckmin y yo para reconstruir el país? Nadie», afirmó Lula en el evento celebrado en un hotel de San Pablo, al que asistieron líderes partidarios de su frente político y el candidato a vicepresidente Geraldo Alckmin.
Las directrices del plan de gobierno presentadas hablan de revocar la reforma laboral hecha por el gobierno de Michel Temer (2016-2019) y reforzar las empresas estatales, así como las políticas de protección ambiental, salud, educación y defensa de la selva amazónica.
Además, hubo una propuesta destinada al público bolsonarista de aumentar la importancia de las carreras de los policías.
A la vez, habló de invertir en inteligencia más que en represión en la lucha contra el narcotráfico y en revisar las políticas que criminalizan a la población negra y LGBT+.
En su discurso, Lula también prometió estudiar la propuesta del concejal Eduardo Suplicy, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT), de implementar una renta básica para todos los ciudadanos, sin importar ingresos ni si tiene o no empleo.
«Podemos implementar algún día la renta básica universal. Después de la pandemia y de la evolución tecnológica de este mundo loco digital hay una porción de la humanidad que cada vez tiene menos acceso al empleo. Alguien debe tener responsabilidad por ese empleo, y ese alguien es el Estado», afirmó Lula.
Fue en respuesta al propio Suplicy, que se acercó al escenario del evento para protestar por no haber sido invitado por el coordinador de la campaña de Lula, el exministro Aloizio Mercadante, a discutir el plan de gobierno inicial.
Las directrices del gobierno también fueron abiertas en una página web para que la población pueda inscribirse y hacer sus propuestas.
El plan de gestión de cara a las elecciones del 2 de octubre fue elaborado por el PT y sus aliados, como el Partido Socialista Brasileño del exgobernador paulista Alckmin, Red, Partido Comunista do Brasil, Partido Verde, Solidaridad y Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
Momento de tensión
En el evento del lanzamiento de la plataforma de campaña -la primera versión hasta las elecciones- se vivió un momento de tensión que pudo verse por la transmisión oficial del evento: un seguidor de Bolsonaro sorteó la seguridad y logró llegar a pocos metros de Lula, al que le gritó «corrupto».
Luego de que los guardias lo retiraran, Mercadante explicó que el sitio abierto para recibir propuestas había sido invadido por bolsonaristas a minutos de haberse lanzado. Para bajar la tensión, los dirigentes presentes comenzaron a gritar «Lula, Lula».
Una de las grandes preocupaciones del equipo de campaña es proteger la seguridad del exsindicalista, en el marco del clima de odio existente en el país.
En 2018, antes de haber sido detenido en el marco de la Operación Lava Jato por un delito que no cometió, un colectivo en el que se desplazaba Lula en el estado de Paraná fue baleado.
El exmandatario cuenta con la protección de agentes de la Policía Federal destinados a los expresidentes y tendrá más cuando la campaña sea autorizada oficialmente por la justicia electoral.
Lula dijo que el plan de gobierno apunta a la «soberanía, que no es cuidar de las fronteras, sino que el pueblo tenga ciudadanía digna con derechos garantizados en la Constitución, que incluso están en la Biblia».
En la coyuntura, Lula fustigó a Bolsonaro por «no hacerse cargo de su responsabilidad» al echar la culpa a la estatal Petrobras por adherir al programa precios internacionales para el consumidor interno.
«Él habla mucho, pero no quiere pelearse con los accionistas privados que están ganando en forma abusiva en desmedro del pueblo», subrayó el líder del PT, favorito en las encuestas, que lo dan incluso como vencedor en primera vuelta con más del 50% de los votos.
Para Lula, Bolsonaro intentará vender Petrobras a accionistas privados este año, como acaba de ocurrir con la gigante eléctrica Eletrobras.
«Tenemos un desequilibrado, un ciudadano del mal, capaz de no derramar una única lágrima por 670.000 muertos por Covid, menospreció el conocimiento científico, laboratorios públicos y perjudicó al sistema de salud, que sin ayuda del gobierno logró salvar a millones», subrayó.
Lula dijo que las sospechas de Bolsonaro contra la urna electrónica forman parte de ser un «mentiroso compulsivo».
A su vez, consideró que con Alckmin, quien fue cuatro veces gobernador de San Pablo, tienen experiencia para no desaprovechar el primer año de gestión aprendiendo.
«El primer mes de gobierno será la construcción de un nuevo pacto federativo», anunció y pidió a los dirigentes elegir la mayor cantidad de legisladores para poner en marcha rápidamente la agenda de contrarreformas iniciadas por Temer y continuadas por Bolsonaro.
Lula defendió a la dirigencia tradicional brasileña como un marco de respeto desde las elecciones generales de 1989, que se rompió con el ascenso de la ultraderecha.
«Parece que el país vivió un terremoto y estamos en un proceso de comprender lo que ocurrió y lo que puede ocurrir, no tenemos un gobernante normal», graficó.